No todo lo que brilla es oro.
Hace un poco más de un año comencé a vender departamentos nuevos. A pesar de iniciar desde abajo siempre hice mi pega con compromiso llegando a mi hora, atendiendo bien, pendiente de los clientes, de que todo funcionara perfectamente y era muy feliz, con ganas de ascender. Finalmente lo logré, lo que implicaba más responsabilidades, más lucas pero ya después de 6 meses en este nuevo cargo estoy extremadamente cansada, aburrida, sin ganas de querer volver.
Trabajo muchas horas, ya no me tomo mis días de descanso como corresponden ya que atiendo clientes mañana tarde y noche, los 8 días a la semana pues es de la forma que puedo llegar a mi meta. En verdad, me hago el ánimo ya que tengo posibilidades de tener una mejor calidad de vida, puedo ayudar en mi casa, ayudar a quienes me han tendido la mano en algún momento, pero siento que se me va la vida.
En verdad estoy pensando en irme y buscar algo con un horario más normal.