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El hijo del jefe

Trabajo de recepcionista en una oficina pequeña donde la mayoría son familia. Resulta que hace un tiempo llegó a trabajar el hijo de mi jefe, un chico al que en su vida le ha faltado algo, muy buen mozo y de una vida envidiable. Y ahí frente a el me encontraba yo, una joven que toda su vida ha vivido en población, que si bien tiene un buen pasar no se podría comparar con el círculo al cual el está acostumbrado, con un hijo que tuvo en su adolescencia con un papito corazón que aparece cuando le conviene, de un físico para nada envidiable pero si pasable. La cosa va a que poco a poco estas personas se fueron acercando, compartiendo la hora de almuerzo, fumándose un puchito entre horas trabajo. Hasta que esté niño me ofrece muy gentilmente llevarme a mi casa, yo no sabía si aceptar tal invitación, quizás era mucho compromiso, pero con tal de llegar temprano y ver a mi pequeño acepte.

Mi casa quedaba bien lejos del lugar de trabajo por lo cual le dije al tipo que mejor me dejara en algún metro cercano desde donde yo podía irme sola, total ya era de mucha ayuda que me acercara a tal punto, insistió y me dejo en mi casa. Y así pasaron un par de semanas donde me iba a dejar a mi casa, conoció a mi hijo y a mi madre, nos acercábamos cada vez más, hasta qué pasó todo lo que podría pasar entre dos personas que se atraen tanto física como emocionalmente, hace arto rato que yo no me sentía así, tan bien, nada me faltaba, mi hijo lo adoraba y lo veía más que a su papá, todo esto escondidos en la pega porque las cosas se podían mal interpretar entre los demás compañeros. Hasta que un día llega una niña bien bonita, rubiesita y de ojitos claros, una de esas que no cargan problemas del pasado y se codean con gente acomodada por ser hijas de este o del otro, yo bien simpática la hago pasar, le digo que a quien necesita y ella bien amorosa me dice que busca al niño de mis ojos, a MI príncipe azul, lo llamo a su anexo y le aviso que lo buscan, al salir a recepción a recibir a su visita, me ignora olímpicamente, ni siquiera como la recepcionista me presentó, me sentí tan mal, sentía que le avergonzaba codearse con alguien como yo, entraron a su oficina y estuvieron un buen rato, hasta que salen ambos acompañados ahora por el padre de este, y el jefe me comenta bien entusiasta “supongo que ya conoció a mi nuera, ahora vamos saliendo a comprar las argollas para el matrimonio, si alguien me busca dígale que estoy acompañando a mi hijo en la preparación del día mas importante de su vida” a lo que yo me trague las lágrimas y solo asentí, el no sabía dónde meterse y escondía la mirada entre sus acompañantes. Yo bien digna espere que se fueran y prepare mi carta de renuncia, no podía quedarme ahí, el tipo me tenía hasta las manos y yo era su entretenimiento.

Así que la historia es bien triste, renuncie sin un motivo claro, le tuve que explicar a mi hijo que las cosas no resultaron con el que era su nuevo súper héroe favorito y me quedé así, sin pega y sin amor.



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