Reestablecer contraseña

La dirección de correo electrónico está asociada a tu cuenta.

¿Por qué registarse?

Full Confession Control

Actualizar / eliminar o editar tus confesiones.

Notificaciones

Suscríbase para recibir notificaciones por email con las respuestas a tus confesiones.

Publicidad

¿Quieres publicitarte con nosotros? Comienza creando una cuenta.

¿Tienes alguna confesión laboral?

El nombre es opcional o puedes poner un seudónimo si lo deseas.

Con mucho sacrificio

Esta historia es real. Sin embargo alguno de los personajes y fechas fueron cambiados para proteger la identidad de los protagonistas, o sea, yo.

Soy mujer. Trabajo en un servicio público donde, por la naturaleza de las actividades que realizamos hay muchos más hombres que mujeres. En la unidad donde me desempeño somos 5, cuatro hombres y yo. Voy a cumplir 10 años acá, al entrar yo ya tenía a mi hijo mayor, así que no fui molestia para nadie. Yo soy alta, robusta, no gorda, pero si forzuda y desde pequeña me gustó hacer lo mismo que mis hermanos hombres, así que nunca me ha gustado molestar o pedir ayuda, tampoco me he complicado para aprender a usar herramientas que una mujer no 'deberia usar'. Debe ser por todo lo anterior que mi jefe se debe haber confundido y creyó que a mi no me gustaría hacer lo que las mujeres, no todas, quieren. Después de 8 años tuve una guagua. No me tomé licencia de más, tampoco pedía permiso a cada rato. Todo funcionaba bien. Menos con el jefe. Él, de apellido gringo, de colegio gringo, la mejor universidad, en contra de los maricones y el aborto, me empezó a dejar de lado por haber tenido guagua. Su discurso reiterativo 'mina tenía que ser' o 'La manía de las mujeres de querer tener hijos' me tenía un poco colapsada.

Cuando mi guagua cumplió 2 años, y pese a cuidarme para no tener otra más, al menos no tan luego, quedé embarazada. Más encima fue un embarazo de alto riesgo, que me tuvo en cama los primeros tres meses. Ahí el discurso contra el aborto del jefe se fue a la mierda. Cuando lo escuchaba hablar en contra de abortar y las minas weonas asesinas, me daban ganas de decirle'muchas abortan por gente como vos po weon' Pero no... nunca lo hice. Tuve la guagua, no me llamó ni por error, volví cuando me correspondía, en pleno invierno, con el dolor de mi alma, no quería volver, se me revolvia la guata. Pensé que sería al principio no más pero no. Ha pasado bastante tiempo y todo sigue igual. Me siento un estorbo, realizo todas las actividades que me corresponden, incluso termino las que el funcionario estrella deja a medias. Pero no es suficiente. Todo por haber tenido la ocurrencia de querer formar una familia. Quiero renunciar... Me siento con un estrés tremendo, siento que debo pedir perdón por estar ocupando un puesto ganado con trabajo y sacrificio.



No te reprimas. Completamente anónimo.

Suscríbete a nuestra lista de correo.

Ingresa tu email y te mandaremos las últimas confesiones
Nosotros valoramos tu privacidad, nunca compartiremos tu correo con nadie.