Somos minas sensibles
En la oficina estábamos varias colegas con las que no hay mucho feeling y entre ellas se llevan muy mal. Leímos la noticia de Sophie, la niñita de menos de 2 años que fue quemada, torturada y violada hasta la muerte por su propio padre. (Explico con detalles porque sé que esta página es visitada también desde fuera de Chile).
Mi colega leyó en voz alta los resultados de la autopsia y nos pusimos a llorar. Las 4 rompimos en llanto por la crueldad de ese hombre.
Fue una situación super fuerte, porque en condiciones normales estas colegas se pelean, hacen acusaciones al jefe, son mal intencionadas, te dejan mal parada frente a los demás; pero conocer los atroces detalles de esta noticia nos unió a las 4 en llanto.
Lloramos también al ver las fotos de Sophie, hermosa, vestida de rosado con un gorrito de lana, sonriendo a la cámara, con la inocencia propia de las guaguitas.
Me quedé todo el día con una sensación de tristeza tremenda.
Yo no soy creyente (de Dios), por lo tanto me quedo con el consuelo de que Sophie ya no sufrirá más por las torturas a las que vino a pasar a este mundo.