Adiós Jefe bueno
Teníamos un excelente jefe de área: Educado, respetuoso, preocupado de la productivad y del presupuesto de la empresa, pero también de las personas. Un verdadero líder.
Cuando necesitábamos ayuda en ciertos temas, siempre nos respondía a la brevedad. Enviaba correos a todo el mundo buscando soluciones (se notaba que hacía bien la pega).
El equipo estaba contento: por fin había llegado un buen jefe.
Trabajábamos super motivados - ya que con su llegada se notaban cambios positivos-.
Nos hacía reuniones para evaluar el desempeño del grupo y buscar mejoras entre todos. Era bastante exigente también; pero siempre nos tiraba para arriba. Nos decía: Ustedes pueden!!! (Trabajamos con metas) Yo por mi parte daba mucho más que el 100% ya que se compensaba en lucas.
Pero un triste día, el gerente lo despidió. Al parecer le molestó que el jefe pidiera mejoras para el equipo y nos apoyara para alcanzar las metas.
Nunca más ganamos bien. Nos subieron las metas, hicieron cambios que nos afectan directamente a nuestro bolsillo y se fue la motivación.
Ojalá algún día las empresas valoren a los buenos empleados y entiendan que un trabajador motivado es mucho más productivo y un buen líder puede hacer crecer al equipo y mejorar la calidad de servicio. Todos ganan.