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La acusación

Tengo 38 años y soy el hermano mayor. Tengo 3 hermanas y siempre tuve un vínculo muy cercano con mi hermana menor. Durante su niñez, tuvimos una relación como de padre a hija; por lo tanto, la incluía en todos los panoramas, siempre con amor, respeto y contención. Mis padres no son tan adultos, si bien nunca nos faltó nada, siempre carecieron de cosas que, al menos yo, traté de darle a mi hermana.

Nadie sabe qué pasó. Depresión, aceptación y quizás las malas juntas hicieron que mi hermana ahora no tenga el futuro que algún día todos pensamos que tendría.

Lamentablemente, ella tiene adicciones y su vida es una constante incertidumbre. No ayuda en nada con lo que respecta a la casa, no trabaja ni estudia, consume drogas y alcohol todos los días, se relaciona con amistades truchas y ha tenido muchas peleas callejeras, a tal punto que en mi familia, después de pasar de escándalos durante las noches, pasamos a ver hechos de violencia de mi hermana hacia nosotros.

Lamentablemente, hemos tratado de ayudarla, pero no hemos tenido éxito, y es difícil que alguien sin voluntad pueda acceder a terapia y tratar de cambiar las cosas. De hecho, en mi casa, sabiendo que siempre se puede hacer algo más, todos se han resignado y mis padres incluso esperan un milagro de que cambien las cosas de la nada.

Yo no vivo con mis padres. Eso ha generado que la situación de mi hermana, por muy triste que sea, se haya vuelto ajena a mí de alguna forma, ya que por mucha pena que te genere una situación puntual, el mundo sigue girando.

Hace unos días me fui a quedar a la casa de mis padres y caí enfermo. Durante mi hospitalización, mi hermana me robó dinero y mi celular, situación que generó un conflicto entre mi familia, ella y yo. Es por eso que para dar vuelta la situación, mi hermana me acusó falsamente de que desde siempre he abusado de ella. No digo que sea malo, pero todos se fueron en mi contra, ya que todos los argumentos que ella dio tenían coherencia (ella es muy manipuladora). De hecho, yo jamás he tenido pareja ni amigos; entonces, estas condiciones generaron que la acusación tenga fundamento.

¿Qué quieren que les diga? Se me cayó el mundo. A partir de eso, mi hermana me hizo funas por redes sociales, me vi directamente expuesto, perdí mi trabajo, familia y a las pocas amistades que tenía, simplemente por una acusación que tiene como sustento solo un relato; incluso sus amigos truchos se pusieron la capa y me pegaron, me quebraron la nariz.

Siempre he oído que cualquier condición de vulnerabilidad está relacionada con un abuso sexual previo. En este caso, los excesos y su comportamiento carente de lealtad hacia la familia, situación que toma sentido cuando estas cosas ocurren.

Me siento mal, me siento sucio; yo jamás le he hecho daño a nadie. Es tan injusta la vida con algunas personas. Me aterra la idea de saber que a mi hermana la han abusado, pero mi corazón está dividido porque, sin querer, pasé a ser su nuevo enemigo, y al parecer, ella pretende llegar hasta el final.

Hace un tiempo por acá se publicó con un número la confesión de que un compañero de trabajo había acabado con su vida por una acusación similar. Desconozco el contexto y si realmente la acusación era cierta, pero todo indicaba que sí lo era. Pero, en vista a los comentarios que vi, todos cayeron en un prejuicio general. Nadie hizo alusión hacia una presunta inocencia, dado que una situación de esas características es repudiable, pero nadie se pregunta si el acusado podría tener una presunta inocencia.

De alguna manera, resulta tan tentador terminar con todo, más aún si ya no tienes nada que perder.

Siempre he creído que nos falta por crecer y educar a algunos hombres, por no decir a todos; siempre he encontrado repudiable cualquier tipo de violencia, sobre todo de género; es algo que no debería pasar. Más aún si, en muchos casos, se justifica de mala manera ese actuar con comentarios de "andaba provocando", "es por cómo se viste", "nadie la mandó a salir sola". Si bien destaco que, en esta situación, mi hermana recibió un apoyo de todos y que esto mostró "por fin encontraron al culpable de todas sus desgracias", siento que hay una línea muy estrecha en donde se generan situaciones delicadas, como lo es la acusación mediática de algo grave a una persona en donde no hacen falta pruebas para que caiga todo el peso del juicio valórico a una sola persona. Pero lo que es más grave aún es que hay muchas personas que sufren un abuso real y, lamentablemente, estas situaciones generan que, en algunos casos, sus denuncias pierdan relevancia y se terminen desestimando; es como si hicieran un doble daño. Es como el cuento de Pedrito y el lobo.

Ahora me encuentro esperando la denuncia formal a las entidades correspondientes. ¿Cómo es posible que a un hombre se le pueda juzgar con tan poco?

Mi consejo es que siempre mantengamos la distancia; todos debemos ser cuidadosos, sobre todo los papitos y mamitas que tienen hijos pequeños, pero también nosotros, los hombres, debemos mantener distancia en todos los aspectos. Estamos en un momento delicado en donde debemos proteger a quienes más queremos, pero también debemos protegernos a nosotros mismos. Lamentablemente, estoy arrepentido de haber tenido ese vínculo tan lindo con mi hermana. De hecho, ella cuando era niña me decía que ambos éramos "Charly y Lola", que eran unos monitos que ella veía cuando niña. Me cuesta creer que mi hermana ya no sea la misma persona; sé que suena egoísta, pero en este momento podría estar siendo su apoyo, pero creo que sin querer, ella me convirtió en su enemigo.

Para terminar, la idea de compartir este testimonio es para visibilizar una realidad que también está ahí y que representa una forma en donde puedes perder todo lo construido con tan poco, en donde se puede condicionar tu calidad profesional, social y personal.

Sé que puede ser repetitivo y, a la vez, cliché. A pesar de que estoy podrido por dentro, estoy al tanto y puedo entender que, a partir de esta publicación, muchas personas de la página me cuestionarán y, lógicamente, emitirán un juicio valórico y cuestionarán mi argumento. Pero para serles honesto, estoy tranquilo a pesar de perderlo todo. No tengo cómo comprobar que soy inocente y solo tengo a Dios como testigo. Llegaré hasta el final y, si algún día se sabe la verdad, lo único que me importa en este momento es recuperar a mi familia y que mi hermana sane sus heridas. Quizás ella nunca dimensionará el daño que me ha hecho, como también me aterra el hecho de saber que a ella también le han hecho daño. Tengo mi corazón dividido.

Por favor mantengan la distancia y cuidense siempre.



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