Reestablecer contraseña

La dirección de correo electrónico está asociada a tu cuenta.

¿Por qué registarse?

Full Confession Control

Actualizar / eliminar o editar tus confesiones.

Notificaciones

Suscríbase para recibir notificaciones por email con las respuestas a tus confesiones.

Publicidad

¿Quieres publicitarte con nosotros? Comienza creando una cuenta.

¿Tienes alguna confesión laboral?

El nombre es opcional o puedes poner un seudónimo si lo deseas.

Me falto experiencia

Esta historia es vieja, pero aún estoy picá y quiero desahogarme...

Cuando era más chica, estoy hablando de hace como 10 años atrás, entré a trabajar a una inmobiliaria X de una familia muy acaudalada de Chile.

Tenía 19 años y era mi primera pega con contrato. Mi primera pega 'real', trabajaba como pilotera en un proyecto inmobiliario por allá por el que era el nuevo barrio alto de los new rich (Peñalolein).

Trabajaba ahí los fines de semana y festivos, por unas míseras 90 lucas mensuales, a mí me gustaba trabajar ahí, y de hecho de ahí partió mi amor por el rubro inmobiliario.

De a poco iba aprendiendo, y prácticamente era yo la responsable de crear el interés de compra de los clientes. Incluso un día un cliente me preguntó si yo era vendedora, porque quería comprarme la casa ¡ahora ya!

Sin embargo, no todo era color de rosas, constantemente tenía problemas con las vendedoras, porque cual de las dos era más cahuinera, se apuñalaban por la espalda apenas podían, pero entre ellas eran íntimas amigas.

El problema comenzó cuando me enteré que estas dos víboras hablaban pestes de mí con la Gerente Comercial. Y entre ellas decían que yo le mandaba más clientes a una que a la otra (comprenderán que ellas ganan a base de comisión, y por la venta de una casa de más de 100 millones de pesos, la comisión no era para nada poca).

El ambiente se empezó a tornar penca y luego de un año de aguantar huevadas, decidí renunciar.

El problema es que yo, con mi poca experiencia en temas laborales, renuncié de un día para otro. Es decir, avisé un viernes y al otro día me tocaba trabajar.

Debo admitir que tampoco averigüé el protocolo, ni que tenía que avisar un mes antes, y por escrito ante notario. Llegué y me fui.

El día lunes me citó a su oficina la Gerente Comercial para recibir mi carta de renuncia.
Puedo decirles que jamás en mi vida me habían humillado tanto.

La vieja de mierda me subió y me bajó. Todavía recuerdo claramente cuando me dijo 'Estás actuando tal cual lo hacen las empleadas domésticas que llegan y se van, y dejan todo botado'. Seguido de su 'Voy a recibir tu renuncia, pero ni se te ocurra ponernos en tus referencias, porque yo no voy a hablar bien de ti'.

Yo no supe qué responder. Quedé en shock... Simplemente salí y vi cómo las recepcionistas tenían la boca abierta hasta el piso con cara de WTF... Porque, obvio, toda la oficina la escuchó.

Hasta el día de hoy llevo esa espina atravesá. Yo que ganaba un sueldo cagón por ser pendeja y no tener idea, más lo que me esforcé para generarle ventas no menores a su empresa, y me trató como el reverendo p*co.

Diría tu nombre, vieja c*liá... No te deseo mal, pero ojalá...



No te reprimas. Completamente anónimo.

Suscríbete a nuestra lista de correo.

Ingresa tu email y te mandaremos las últimas confesiones
Nosotros valoramos tu privacidad, nunca compartiremos tu correo con nadie.