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Pucha que estoy quemado, es penca la vida a veces.

Soy un profesional que tiene un estilo de hacer las cosas, que en general atiende a sus clientes a domicilio y me especializo en sacar 'cachos' que muchos a veces no logran, y no necesariamente en mi área de competencia, sino que en otras áreas en las cuales puedo entender y comprender como se hace y me apoyo en otros profesionales en donde, muchas veces llego con los casos a profesionales de otras ramas, pidiendo colaboración en cumplir tareas.

En esa lógica, claro, entiendo para toda mi cadena de colaboradores de que el cliente es mio, y en donde el profesional de apoyo (no me da el cuero todavía para tener empleados a tiempo completo, pero si me resulta alianzas profesionales freelance) me cobra sus horas de trabajo, las que se las pago al contado en el momento (y yo asumo el tiempo de espera por pago del cliente, porque mi filosofía es 1.- elijo mis clientes, 2.- esos clientes les hago la pega a un ritmo que no los moleste y a veces se alarga, cobro cuando el cliente está conforme, no antes), y ese profesional de apoyo por otro lado, me cobra un valor mas barato que si fuera un trabajo a público (porque todo el trabajo de la administración y la gestión del cliente la hago yo), pero de todas formas a un valor sensato y justo por un trabajo profesional (no me ando cagando con la gente).

Estábamos re-bien en esa vuelta hace varios años, y en esta oportunidad me tocó atender a una familia con ascendencia extranjera, de esas bien unidas y quizá de una buena posición social. (no tengo rollo con eso y eso no influye en mi animosidad de cobrar, siempre cobro el valor justo y sensato por un trabajo, y a todos los que trabajan conmigo lo mismo). Estaba todo bien hasta que me estaba apoyando con otro profesional en resolver un problema, y luego de algunas horas de trabajo, llegamos a una respuesta al problema, amable y sensata al caso, con un precio que si bien no es barato, si era absolutamente razonable para la necesidad y por el trabajo requerido, así también con un honorario profesional conveniente y todas las partes contentas.

Bastó que mi profesional de apoyo escarbara un poco y descubrió quien era mi cliente, para que en primer lugar, tratara de bypasearme y acceder al cliente final, y trató de hacer una treta super cuma para conseguir el contacto (oye, dame el teléfono de tu cliente porque tengo una duda), hasta que cuando me toco pasar factura por sus servicios (yo pago por tiempo mas un recargo de contexto o por pago acordado), y no encontró nada mejor que, el máximo honorario que te podría cobrar un profesional del rubro, de esos con oficinas caras e instalaciones cobraría, y mas encima, pretendía que le pagara el valor final al cliente.

Como no solo no le aguanté y mas encima le paré el carro, me responde 'pero si tu cliente está forrado en plata, para que te vas a cagar y sacarle una mierda, si ese cliente va a obtener el medio beneficio y está cagao de plata, además de que estoy cobrando lo que cualquiera, aparte tenis margen pa hacerlo cagar cobrando'.

Me arde la cabeza, como le confié tanto tiempo a ese profesional y no solo me quizo cagar, sino que, por poco, me deja la cagada con la resolución de ese caso.

Afortunadamente logré mover mis hilos y mantenerme en marcha, me tocó dar la cara a mi cliente (yo desarrollo relaciones de largo plazo, me doy el tiempo y pretendo ser un aliado el tiempo que sea necesario, ni ahi con pegar batatazos innecesarios), y este mismo cliente me aviso que ese 'vivaracho' lo llamo y trato de 'mandarme para abajo' por su problema.

Quien se cree el muy chuchesumadre, ahora por weon no lo llamo más. No lo voy a funar porque me pegaría en contra, pero mas que la plata, me importa una relación de largo plazo con clientes que te valoren y te tengan presente. Quizá esté equivocado, pero eso es lo que me permite levantarme día a día y que nadie me huevee ni me ponga mala cara, de no deberle un peso a nadie y si bien no tengo una villa de rico y famoso, vivo tranquilo.

Nunca se termina de conocer a la gente... 17 años trabajos juntos y paf!. Feliz por el nivel de mi cliente por la lealtad, y triste por haber perdido la apuesta de confianza (viejo, mi negocio se basa en la confianza, secreto profesional y cumplimiento).

En fin, me desahogué. Afortunadamente, el daño colateral fue mínimo, perdí unos pesos y parte del equipo, pero no perdí el barco.



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