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El amor gana!

Analizando las confesiones de algunos y sus comentarios, tengo un sentir que me hace preguntar si estoy bien o realmente mal.

A mí me pasó que quedé embarazada usando anticonceptivo y en ese entonces, el hombre con quién llevaba viéndome 7 meses (no éramos pareja), usaba condón, hubo un par de veces que no, y fue en uno de ese par de veces que quedé embarazada. Así como en otra confesión, también hablamos de aborto, pero desde un principio le dije que me daba miedo, hicimos la averiguación con la pastilla abortiva e igual nos informaron que tenía sus contras, y era una compra obviamente de forma tránsfuga (un encuentro en una estación del metro). No la compramos altiro, teníamos que ver cómo lo íbamos a hacer, además yo con mis miedos quería estar segura de cuánto tenía de embarazo, además que sentía dolor como punzadas y manchaba con algunas gotas de sangre, entonces presentía que tampoco andaba bien.

En el ginecólogo me dijeron que tenía 5 semanas pero que aún no se implantaba bien en el útero, que era muy probable que lo perdiera en algunos días, por eso el dolor y el sangrado. En base a ésto decidimos esperar a que lo perdiera, que mejor fuera de forma natural. Pasaron dos semanas y el síntoma era el mismo, dolor y leve sangrado, hasta que cuando ya tenía las 8 semanas (dos meses) sangre en exceso y creyendo que ya era pérdida fui a ginecólogo para que me dijera claramente. El asunto es que el me realizó una eco vaginal y debido a la cantidad de sangrado y que se observaba desprendimiento ovular, me dijo que vería si seguía vivo, por lo que puso los latidos para oírlos. Es el sonido más estremecedor que he escuchado en mi vida, sonaba tan fuerte y tan claro. Estaba vivo, sano, el problema es que mi cuerpo producía poca progesterona como para que se formara aún de forma firme la placenta. Fue una amenaza de aborto y que solo había que esperar. Yo desde que salí de ahí se me paralizó la vida, ese latido me cambió el mundo, sentía miedo, pena, culpa, todo. Al hablar con él y contarle cómo me había ido, me dice, no te tomes los medicamentos (los que me habían recetado para evitar los dolores de contracciones). Yo solo sentía un nudo en el pecho y lloraba.

Nunca había tenido un embarazo, porque la verdad yo había descartado de mi vida el tener hijos. No nos vimos por varios días, el no quería tener más hijos (porque tenía los suyos) un hombre mayor que yo, separado y lo entendía completamente, además de que lo quería mucho. Un buen hombre, un buen padre de sus hijos.

Estaba atormentada, esperando perder el embarazo, no quería tenerlo, pero tampoco me sentía segura de abortarlo, era un cargo de conciencia enorme, una decisión que no podía tomar, no podía hacerlo. Le dije que no lo obligaría a nada y desapareció. Lo necesité mucho, lloré noche tras noche, y al cumplir los tres meses entendí que el embarazo era un hecho, que ya no lo perdí, que debía seguir adelante no más. Le escribí muchas veces pidiéndole verlo, hablar, pero el solo insistía en lo que yo le había dicho, en que no lo obligaría y que esperaba que cumpliera mi palabra, hasta que ya simplemente no hubo más contacto.

Fue una soledad espantosa, un embarazo complejo en salud mental y física, tuve problemas. Cuando el bebé nació y ya tenía 1 mes y medio, nos volvimos a comunicar, él quiso saber qué había sido el bebé, como se llamaba y si era sano y comenzamos a hablar nuevamente. Entre una de las tantas conversaciones y a veces discusiones, el tomó la decisión de que iba a ser su papá, que su moral no le permitía abandonarlo, que no me podía hacer ese daño. Lo conoció cuando tenía 9 meses y todo bien desde ahí, pasamos un año bonito, visitaba a nuestro hijo, le daba su plata, nos volvimos a llevar bien como antes. Pasó ese año y desapareció nuevamente. Le volvieron las ganas de no tenerlo, de que no quería, que yo me busqué esa vida y que lo metí en algo que el no quería estar. Le sigue depositando, pero ya no lo ve. Yo no lo obligo, a veces le escribo para invitarlo, pero no responde, dejó de hablarme, así que simplemente no le hablaré más y solo queda esperar que algo en la vida (no malo) le haga pensar y sentir que hay un niño que lo espera queriendo tenerlo como papá. Aún lo quiero mucho pero no entiendo el juicio de que 'yo elegí esta vida, que es mi culpa y que lo metí en ésto '. Fuimos los dos, pero la que tuvo que sufrir el miedo, la pena, la soledad, el asumir todo fui yo sola, el terrible sentimiento de no querer tenerlo pero tampoco poder abortarlo.

Ahora amo a mi hijo por sobre todo, es lo más bello que he sentido en mi vida, me agobia la crianza, pero trato de hacer lo mejor que puedo. Para un hombre es fácil decir 'aborta' pero es terrible tener que vivir eso y decidirlo, porque aunque no lo esperabas, no lo buscaste, hubo descuido, y qué culpa tiene ese ser que está ahí, y cómo puedes decidir si dejarlo existir o matarlo, escuchar su corazón latir me paralizó la vida.
Entonces, debo sentirme culpable por tenerlo? yo sé que no, antes me sentía culpable, pero ya no. Pero es que una se justifica también para no sentirse así, pero no sé si estoy yo equivocada y realmente yo lo metí en ésto?

Mi hijo es un niño realmente hermoso, un loquillo lindo, travieso, alegre y entrega un amor que desborda...



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