En la isla
Soy personal de salud y en esas tantos cambios de vida y estrés laboral que produjo la pandemia, se me dio la oportunidad de irme a una isla de ensueño en el sur para acerté cargo de una residencia sanitaria.
Al pasar dos meses ahí, la soledad me llego y me hizo empezar a buscar entretencion, fue ahí donde apareció él, alto, moreno, fibroso, mayor. (Encargado de la seguridad del lugar ) no lo pensé y cada día me arreglaba delante de él, le movía el poto, le sonreía hasta que cayó.. terminamos tirando por 3 meses en una misma pieza de la residencia.
Entre el encierro y la gente enferma, todos los días gritaba viva Chile. Así pase la pandemia en un pequeño rincón con la magia del sur.