Luchando contra los velocirráptor
Es más bien un desahogo, jamás he dudado en ceder el asiento en el metro cuando veo que alguien lo necesita más que yo, para mi no aplica usar los aciertos blancos, pero estoy embarazada de 3 meses y me he sentido como el ajo.
En mi embarazo anterior en más de una oportunidad me desmayé yendo de pie en el tren porque los velocirráptor me ganaban los asientos y no tenían ni una gana de cederlos, en fin, me iba parada aguantándome y cuando me desmayaba terminaba tomando tecito con chocolates con alguna jefa de estación del metro.
Ahora no estoy dispuesta a pasar por lo mismo, he sido tacleada, mirada con cara de perro, empujada con bolsos y carteras para incomodarme y cuando se alinean los velocirráptor murmullan entre ellas reclamando por esta juventud inconsciente que no respeta las canas.
No soy de quedarme callada pero no estoy ni ahí con hacerme mala sangre a esa hora de la mañana, pero...velocirráptor... poco sororas...!