Nada es gratis
Pero ando con una duda existencial, por mi mejor amiga, somos amigas desde el colegio, de 1° a 4° medio, salimos del colegio y a veces yo iba a su casa, me quedaba a dormir allá y viceversa. De hecho al año de egresada del colegio mi papá falleció y fue la única amiga del colegio que estuvo conmigo.
Han pasado 20 años de amistad y hubo un tiempo que por cosas de la vida perdimos contacto pero por cosas del destino, nos volvimos a encontrar. Así que voy a su casa cada vez que me invita. El problema es que me complica invitarla a ella a la mía, es que tiene un hijo de 6 años que es un terremoto con patas, muy abrutado. Mi hija tiene la misma edad, igual se manda condoros (obvio por la edad, hasta los adultos cometemos errores) pero en casa ajena se porta re bien, estoy encima de ella para evitar que tome cosas sin autorización del dueño de casa. Pero el hijo de mi amiga es al revés, en su casa se porta bien pero en casa ajena todo lo quiere tomar y tirar. Este año menos mal que no pillé paveando a mi amiga y lo atajó en varias cosas y digo menos mal, ya que en menos de 2 horas, rompió la piscina plástica y un juguete de mi hija. Para este otro fin de semana estoy invitada a su casa y mi hija está super sentida (es una vieja chica jajaja) porque le rompen sus cosas y en especial un juguete que tenía valor sentimental para ella, quiere puro pegarle al niño pero yo le digo que las cosas se arreglan conversando. Y en eso estoy.
Quizás le doy mucho color. Pero las cosas no me salen gratis. Mi amiga me explicó que ha tratado de trabajar con la hiperactividad de su hijo. A mí no me molesta que un niño juegue, salte y grite pero me molesta que siempre tire cosas y destruya cosas. Y los padres no asuman. Yo en su lugar estaría tratando de conseguir o reponer los productos que destruyó. Al menos así era en mis tiempos, una vez mi hermano rompió un vidrio jugando a la pelota y mis papás asumieron y pagaron la ventana de mi vecina. Pero ahora veo que hay padres que poco y nada asumen de responsabilidad y tampoco se le puede decir nada a los niños.
En cuanto a mi amiga, ya estoy hablando con calma las cosas. Ya le advertí que la próxima vez que la invite a juntarnos, será sin niños. No pienso estresarme con niños ajenos. Lo bueno es que se lo tomó a bien.