Ideas imperdonables

Cuando era un niño admiraba a mi abuelo, era profesor universitario, era de esas personas muy inteligentes que sabían de todo. Había llegado del sur, de Rancagua, de una familia muy humilde donde mi bisabuelo era minero y murió joven por esa enfermedad de los pulmones, así que tuvo que lograr todo desde abajo, sin dinero, sin (lo que se dice ahora ) redes de contactos, etc., solo con su trabajo duro y estudios.

Mi abuelo se hizo 'solo', y llegó a ser vicerrector de una universidad tradicional.

Después cuando crecí me di cuenta qué él pensaba que los hombres eran mentalmente superiores a las mujeres, y que los blancos eran superiores a cualquier otro y ahí se me cayó del pedestal, no podía entender como esa persona tan sabia, tan destacada laboral e intelectualmente pensaba así.

Nunca pude discutir con él en profundidad sobre sus 'ideas', él ya estaba muy mayor y murió cuando yo tenía 19 años.

Ahora ya han pasado más de 20 años y lo he vuelto a admirar separando esas ideas de lo que realmente logró en su vida y lo que aportó a nuestra familia.

Me di cuenta que él estaba en parte cegado por los prejuicios que existían en la sociedad de su época.

Su falta de ideales humanistas solo me muestran que incluso alguien tan comprometido con la libre búsqueda del conocimiento podía ser engañado por la intolerancia endémica.

La sociedad corrompe al mejor de nosotros. Me di cuenta que era un poco injusto criticar a una persona por no compartir la sabiduría de una época posterior, pero también es profundamente triste que tales prejuicios fueran tan generalizados.

Esto me plantea incertidumbres persistentes sobre cuál de los supuestos de nuestra propia época serán considerados imperdonables para la próxima...