Saludo navideño
Querido Santa:
Hace muchos años que deje de pedirte regalos, muchos más que deje de creer en ti y supe que eran mis viejos los que me hacían los regalos, pero no por eso se perdió la magia, esa magia que recupere cuando llegó Valentina a nuestra casa en el año 99 y que reafirme cuando llegó Pedrito a mi vida en el 2008.
Este año no perderé nada al pedirte ese milagro que se qué puede existir y serán dos cosas que las pediré con toda la fe que un adulto puede tener, es decir con todo el corazón.
Santa, el primer regalo no es para mí, pero si para mis viejos, me encantaría que tocará el corazón de Ximena y permitieras que mis viejos puedan ver y abrazar a Pedrito, yo me la banco, yo me aguantó las ganas de estar con el, abrazarlo y poder decirle cuánto lo amó.
El segundo es ayúdame a conseguir un trabajo para mí, se qué está díficil la cosa en la calle, pero seria un regaló que me alegraría la vida, me sentiría nuevamente útil y podría nuevamente comenzar a vivir con alegria, esa alegría que perdí y a la vez me ayudarías a tratar de reconquistar al amor de mi vida.
Santa, se que estás muy ocupado, pero te lo pido de corazón y ojalá puedas leer mi carta.
Con cariño
Agustín