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Hace unos meses realicé mi práctica profesional en una productora de videos corporativos ubicada en el sector oriente. Me pagaban 50 mil pesos mensuales e iba unas pocas horas al día para compatibilizar mis estudios. Mis jefes eran simpáticos pero algo mal genios, lo que no me importó, mientras no se metieran conmigo. Al principio me recibieron bien pero a las pocas semanas comenzaron los problemas...
Cuando la gente llegaba atrasada, mi jefe (al que llamaremos Jorge) - un auténtico neandertal- se ponía a dar golpes en la pared y gritaba llamando a la persona que faltaba. Todos los demás nos quedábamos inmóviles, petrificados por su comportamiento y pensando que le iba a sacar la cresta al compañero que venía 10 minutos atrasado.
Un día tuvimos un problema con el suministro de la luz. Perdimos casi toda la mañana sin poder encender nuestros computadores y Jorge se había transformado en el demonio en persona. Cuando llegó el trabajador de la compañía eléctrica, salió dando zancos hacia la calle para caerle encima a golpes al pobre caballero que solo estaba haciendo su pega. Mis otros compañeros lo tuvieron que asujetar para que no le pegara.
Entre gritos y arrebatos, pasaron 3 meses de práctica y yo por fin había cumplido mis horas, me firmaron mis papeles y me pusieron un 5, 8. Todo iba bien hasta que ...
Jorge me citó a su oficina y me dijo:
- Pedro, te ofrecemos quedarte en la productora y subirte el sueldo cuando termines tus estudios.
-Ok, le respondi - pero como vengo medio día, (desde la 1 hasta las 9 pm) me gustaría si me pudieran pagar 100 mil pesos.
Eso fue el detonante para que Jorge cambiara su semblante y se pusiera rojo. Se paró de su silla y me dijo que no me podían ofrecer más, que las cuentas no estaban pagando mucho, al mismo tiempo que el dueño y su amigo andaba de vacaciones en Europa, y que por eso habían tenido que bajarles los sueldos a los trabajadores. Mis compañeros no ganaban más de 400 mil pesos.
Me acompañó a la entrada del edificio y me índico la salida, pero antes de que pudiera salir me tomó por la chaqueta y me dijo:
- Eris un pendejo de mierda. ¡Cómo se te ocurre pedir más plata después de todas las oportunidades que te dimos. Weón de mierda!- Se me acercó a la cara y con su mano todavía en mi chaqueta me volvió a decir: !Pendejo culiaó!
Le hice un gesto de desprecio y solte su agarre de mi hombro, lo empujé y le dije: - ¡Suéltame neanderthal de mierda!
Apure mi paso antes de que me agarrara nuevamente y salí.
Esa fue la peor práctica que he realizado y a todo esto, nunca supe de qué oportunidades hablaba...



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