Reestablecer contraseña

La dirección de correo electrónico está asociada a tu cuenta.

¿Por qué registarse?

Full Confession Control

Actualizar / eliminar o editar tus confesiones.

Notificaciones

Suscríbase para recibir notificaciones por email con las respuestas a tus confesiones.

Publicidad

¿Quieres publicitarte con nosotros? Comienza creando una cuenta.

¿Tienes alguna confesión laboral?

El nombre es opcional o puedes poner un seudónimo si lo deseas.

Vida propia

El año pasado fui con mi actual pareja a pasar Año Nuevo a Viña. Nos quedamos en una hostal y yo corrí con esos gastos. En ese momento no éramos pareja; éramos amigos con onda, de esos que se ven todos los fines de semana y hacen muchas cosas juntos.

Le regalé ese viaje con la mejor intención, sin esperar nada a cambio. La idea era que ella no quedara tan apretada económicamente después.

Un par de semanas más tarde pasó algo que hasta hoy me deja dando vueltas. Me habló para decirme que estaba nuevamente en Viña, que necesitaba el mar, que era un viaje de introspección. No me avisó antes ni me explicó mucho más. Según ella, necesitaba pensar y estar sola.

Con el tiempo empezamos a pololear y, tres meses después, me confesó la verdad: ese viaje no fue por introspección. Fue para ir a ver a un amigo que había vuelto por unos días del extranjero. Me dijo que almorzaron juntos y que no pasó nada más.

Ahí fue cuando todo me cayó como un balde de agua fría. Pensé: no tenía plata para alojarse conmigo, pero sí para ir a alojarse para ver a otro weón. Un tipo con el que incluso se besaba.

Cada vez que lo recuerdo me da rabia. Me sentí un tarado, porque di todo con la mejor intención y después me entero de esta historia.

No es un tema de celos ni de plata en sí. Nunca he sido de darle color con el tema de las lucas. Pero me molesta profundamente pensar que, finalmente, el regalo que le hice terminó sirviéndole para ir a ver a otro tipo.

Sé que en ese momento no éramos pareja, y eso lo entiendo. Aun así, siento que incluso si lo hubiese hecho un amigo o una amiga, se vería mal. La mentira, o al menos la historia incompleta, es lo que más me pesa.

Hoy, siendo sincero, no me dan ganas de pagar alojamientos ni nada para estas fechas. Pienso desde la rabia y me gustaría que ahora ella se pusiera con ese gasto y además que me agradeciera porque no usaré esas lucas que me ahorraría para ir a ver a otra mina que comía antes. Me da una paja tremenda pensar que yo me esforcé por ella, mientras ella usó ese esfuerzo que yo hice para algo completamente distinto.

No sé si le estoy poniendo mucho color o si lo que siento es entendible. Por eso lo escribo porque necesitaba sacarlo.



No te reprimas. Completamente anónimo.

Suscríbete a nuestra lista de correo.

Ingresa tu email y te mandaremos las últimas confesiones
Nosotros valoramos tu privacidad, nunca compartiremos tu correo con nadie.