Reestablecer contraseña

La dirección de correo electrónico está asociada a tu cuenta.

¿Por qué registarse?

Full Confession Control

Actualizar / eliminar o editar tus confesiones.

Notificaciones

Suscríbase para recibir notificaciones por email con las respuestas a tus confesiones.

Publicidad

¿Quieres publicitarte con nosotros? Comienza creando una cuenta.

¿Tienes alguna confesión laboral?

El nombre es opcional o puedes poner un seudónimo si lo deseas.

El primero

Leí la confesión del amigo de la colonia Flaño y se me apretó el pecho, porque me hizo desbloquear un recuerdo que tenía guardado en el fondo del cajón.

Ayer, buscando unos aros, encontré una cadenita de plata, de esas bien delgadas, que ya estaba negra por el tiempo. Fue el primer regalo que me hizo mi primer pololo cuando teníamos 15 años. Al igual que tú, él juntó las monedas de su colación por meses para comprármela, porque éramos cabros chicos y sin ni uno.

Lo triste es que fue el único regalo que alcanzó a hacerme. Ese mismo verano, apenas un par de meses después de dármela, fuimos a la playa. El mar estaba malo ese día y, en un segundo, se lo llevó. Murió ahogado.

Han pasado más de 20 años, yo ya hice mi vida, tengo mi familia, pero leer tu historia y ver esa cadena fue como volver a ese día en la arena, esperando que saliera del agua. Es fuerte pensar que este pedazo de metal sigue aquí, intacto, y él se fue tan rápido.

La limpié y la volví a guardar con mucho respeto. Gracias por hacerme acordar de él, aunque duela un poquito. El primer amor nunca se olvida.



No te reprimas. Completamente anónimo.

Suscríbete a nuestra lista de correo.

Ingresa tu email y te mandaremos las últimas confesiones
Nosotros valoramos tu privacidad, nunca compartiremos tu correo con nadie.