Con picardía
Cabros, hoy vi la hueá más rara en una picada de completos en el centro.
Estaba sentado en la barra terminándome un italiano, cuando veo al maestro sanguchero agachado, medio escondido, con una botella de vodka y una jeringa. El tipo cargaba la jeringa con el trago y se lo inyectaba directo a las vienesas.
Quedé marcando ocupado. No sé si es alguna técnica culinaria secreta para darle sabor a la carne y que queden más sabrosas para los clientes, o si esas eran las vienesas que se comen ellos mismos para trabajar más 'alegres' sin que se note.
Por si acaso, pagué y me fui rapidito. No me atreví a preguntar.
