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Porque lo hacen?

Vengo a contar mi confesión y necesito consejos de hombres; necesito saber si hay esperanzas o si es mejor comenzar mi duelo.

​Llevo muchos años trabajando en servicio al cliente. Tengo cierta conexión con las personas, por lo cual muchas han llegado a contarme sus problemas en vez de solucionar sus trámites con la empresa. Entre todas las historias, un hombre joven necesitaba ayuda con su cuenta, ya que su pareja revisó sus movimientos y se dio cuenta de que estaba gastando dinero en 'cariñosas'. La mujer le vació la cuenta; él quería cambiar sus claves. En ese tiempo no se podía hacer por teléfono como ahora. Le di un par de consejos ya que, desde mi vereda personal, es fácil darlos; jamás lo había vivido en carne propia. Así fue como a diario venían hombres con el mismo problema. Cuando llegaba a mi casa, se lo comentaba a mi pareja y él decía: '¿cómo llegan a eso?', etc.

​Un día, ayudando a un caballero, me dijo: 'Yo no sé cómo se dio cuenta, si los movimientos tienen nombre de restaurante'. Me reí y le dije: 'Qué pillos son los hombres, a ver qué nombre tiene el movimiento en su cuenta'. Jamás había sentido tantos sentimientos juntos. Me reí con ironía y el caballero me dijo: 'No confíe en los hombres, revísele las cuentas al suyo; no conozco a nadie que no haga esto'. Ese día salía más temprano de mi trabajo, le pedí a mi esposo que me fuera a buscar y ahí comenzó mi infierno. Le conté la historia del caballero tal cual. Le dije: 'Dime ahora mismo por qué, cuando te ayudé a bloquear tu tarjeta, en tus movimientos tenías este mismo nombre'. El nombre del restaurante era algo como 'Restaurante Pancita Feliz', una estupidez muy obvia.

​Mi esposo me miró y me dijo: 'Tenemos que hablar'. Nos sentamos en un parque y comenzó a llorar. Me dijo las cosas tal cual: 'Yo no me siento valorado por ti, siento que me tienes asco, cada vez que tenemos intimidad siento que lo hago con nada. Después andas amargada y siento que no te hago feliz en la cama. Un día que discutimos, salí a caminar y entré a uno de esos lugares. Aunque no me creas, porque es difícil de entender, lo hice y me sentí aún peor. Desde ese día me siento sucio, jamás pensé llegar a eso. Tú no me das atención, ni cuenta te diste; no tenemos nada hace más de un mes y no dices nada. Te juro que solo fueron dos veces'.

​Cuando me dijo 'dos', fueron como dos puñaladas. Ese día sentí que me desconecté del mundo, como si mi gravedad se hubiera ido y yo flotara. Para mí, él era el hombre perfecto; incluso muchas mujeres me envidiaban. Me daba lo que más podía, un hombre sin vicios, de su casa al trabajo, un padre ejemplar. Nunca hubo faltas de respeto hasta ahora. Dentro de lo que pude hablar, le dije que por qué no habló, que las cosas se conversan.

​Luego recordé al caballero cuando dijo: 'Todos hacemos esto, nadie se salva'. Recordé todos los casos y me pregunté si vivía en una burbuja. Soy una mujer trabajadora, tranquila, sin vicios; jamás le he sido infiel ni teniendo la oportunidad. Soy una buena madre y me desvivo por mi familia. Sé que esto no justifica una infidelidad, pero me descuidé; di todo por mi hijo y por él, pero me olvidé de mí misma. Pensé que ser una mujer tranquila, trabajadora y cariñosa bastaba, pero no. Él es mi 'primer todo', no sé si en la cama soy buena, no tengo experiencia.

​Ya han pasado cinco años de esto. Él sigue siendo el mismo: buen padre, buen esposo; pero yo no soy la misma. Estuve en terapia de pareja y terapia sola para superar esto. Si bien estoy un poco mejor, estoy aprendiendo a vivir con este dolor. Él también sufre, pero muchas veces me entra la desconfianza. Si fuera una vez, podría entenderlo, pero acudir dos veces a esas cosas... Todos los días llegan hombres con el mismo problema: hombres decentes, con fotos de su esposa en el celular o de su familia en la billetera, y ahí están los movimientos de las 'cariñosas'.

​No tengo la confianza para preguntar esto a un hombre directamente, pero necesito sinceridad: ¿Un hombre sigue haciéndolo o puedo creer que solo fueron dos veces? Muchas veces pienso que es mejor no seguir con este martirio y dejarlo. Pero, si todos son iguales, ¿existe un hombre bueno que no lo haga?



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