Mucho ruido
Trabajo en una planta de producción donde el ruido es infernal: máquinas, alarmas de retroceso, gente gritando. Salía todos los días con dolor de cabeza y de pésimo humor.
Me aburrí y me compré esos audífonos grandes, tipo cintillo, que te tapan la oreja completa y tienen cancelación de ruido. Parezco piloto de avión, pero me da lo mismo.
El primer día que los usé, sentí una paz increíble. Mi ansiedad bajó a cero y pude concentrarme de verdad sin sentir que me taladraban el cerebro. Y ahí me cayó la teja y me acordé de los niños con TEA que uno ve en la calle o en el metro con sus protectores auditivos.
Siempre los miraba con curiosidad, pero ahora los entiendo perfectamente. El mundo es demasiado ruidoso, agresivo y caótico. Ellos no están exagerando; somos nosotros los que normalizamos vivir aturdidos. Ahora, con mis "orejeras" puestas, los entiendo y los banco a morir. El silencio es salud mental.
