Familia y trabajo
Tu trabajo NO es tu familia... y es importante entenderlo.
Tu jefe no es tu 'amigo'.
Tu oficina no es tu 'hogar'.
Tus colegas no son 'familia'.
¿Por qué? Porque las familias no hacen:
Evaluaciones de desempeño.
Despidos por recortes de presupuesto.
Reemplazos en 24 horas cuando te vas.
Un empleo es un intercambio profesional.
Puede (y debe) ser un ambiente amable, humano, respetuoso e incluso cercano... pero no deja de ser lo que es:
Tú aportas tu talento, tu tiempo y tu conocimiento.
Ellos te dan a cambio una compensación.
Por eso, no confundas:
Buen ambiente con amistad.
Compromiso con sacrificio.
Lealtad con sumisión.
Pon límites saludables:
Tus metas son tuyas.
Tu tiempo es tuyo.
Tu vida es tuya.
Tu marca personal es tuya (y sí, puedo ayudarte a potenciarla).
Digámoslo sin rodeos:
Los negocios son negocios.
Pueden hacerse con humanidad y profesionalismo, pero si hay un pago de por medio, es una transacción, llámenle como quieran.
Y recuerda:
Tu verdadera familia es la que te espera en casa.
