Reestablecer contraseña

La dirección de correo electrónico está asociada a tu cuenta.

¿Por qué registarse?

Full Confession Control

Actualizar / eliminar o editar tus confesiones.

Notificaciones

Suscríbase para recibir notificaciones por email con las respuestas a tus confesiones.

Publicidad

¿Quieres publicitarte con nosotros? Comienza creando una cuenta.

¿Tienes alguna confesión laboral?

El nombre es opcional o puedes poner un seudónimo si lo deseas.

Justo a tiempo...

Tengos dos mascotas que son mi vida, un pastor alemán jugoso pero ultra fiel, que pasa en el patio pero con todas las comodidades que una mascota bien cuidada merece y un gato indoor que desde que nació, jamás ha puesto un pie en la calle. Eso sí, engreído como el mismo. Sin embargo, cuando nos hemos enfermado o hemos estado triste, ahí está ronroneando dando amor.

El otro día, como todos los días salí de mi casa al trabajo. Cuando iba a abrir la puerta, mi gato se puso de espaldas mostrando su guatita y haciendo gracias. Me pareció extraño porque nunca lo había hecho, ya les dije que era engreído, así aproveché de hacerle cariño. Me robó un par de minutos.

Después salgo al patio y mi amigo fiel, se echa en la puerta con uno de sus juguetes. No me puede negar a tirarle un par de veces su pelota, le di un besito y me fui. Ahí se me fueron otros 2 minutos más.

Cuando llegue a la esquina, mientras esperaba para cruzar, veo que un camión en velocidad normal y solo 20 metros antes del paradero acelera de manera abrupta arrollando el paradero completo, afortunadamente no había nadie. Pero pasó literalmente por arriba.

Gracias a mis mascotas hoy lo cuento, en ese paradero debía haber estado parada yo, solo 4 minutos antes.



No te reprimas. Completamente anónimo.

Suscríbete a nuestra lista de correo.

Ingresa tu email y te mandaremos las últimas confesiones
Nosotros valoramos tu privacidad, nunca compartiremos tu correo con nadie.