Queria tener su plan B.

Hace unos diez años tuve una relación con una mujer que ya tenía un hijo. Por cosas de la vida, tuvo que irse lejos. En ese tiempo yo estudiaba enfermería, pero no me gustó y cambié a ingeniería informática. Mientras yo seguía con mis estudios (que me tomaron casi nueve años), ella me pedía que dejara todo para irme con ella. Siempre sentí que era algo egoísta de su parte, porque ella ya tenía su vida armada allá: carrera, trabajo estable, casa… y yo en ese momento no tenía mucho que ofrecerle.

Aun así, nunca dejó de buscarme. Incluso una vez volvió a mi ciudad por un funeral y me buscó, sabiendo que yo ya tenía pareja. No pasó nada, pero los años siguientes siguió apareciendo. Yo siempre me mantuve enfocado en terminar mi carrera y conseguir estabilidad laboral. De hecho, pensé que si en algún momento lograba esa estabilidad y seguía soltero, tal vez podría darme la oportunidad de intentarlo de nuevo con ella.

El año pasado (2023) volvimos a hablar. Me dijo que estaba soltera, aunque después supe que no era verdad. En marzo de este año la saludé por su cumpleaños y volvimos a conversar un tiempo, pero de pronto desapareció. En mayo volvió a escribirme, diciendo que le hubiera gustado que estuviéramos juntos y diciendo cosas que me confundieron. Yo, ilusionado, le pregunté si aún sentía algo por mí y qué haría si yo me fuera a vivir cerca de donde ella está. No supo qué responderme, solo dijo que ya había pasado mucho tiempo.

Hace poco hablé con un amigo en común y me enteré de que ella lleva cinco años en pareja. Me cayó como un balde de agua fría, porque todo este tiempo fue ella quien me buscó. Ahora no sé si realmente alguna vez sintió algo, o si siempre me ha tenido como una segunda opción, alguien a quien buscar cuando las cosas con su pareja no van bien.

Y la verdad… eso me dejó pensando si todo este tiempo fui solo un refugio emocional o una historia que ella no ha querido soltar del todo.