El luto no se va, me acompaño por ocho meses, y fueron las diez horas más felices y crueles que viví.
Su cuarto sigue intacto, no he movido su cunita tampoco he regalado la ropita que era para el, los poquito juguetes siguen ahí como si alguna vez fueran a funcionar.
Mi corazón sigue congelado, viviendo la pena y depresión junto a mi esposo, él quiere ser fuerte para mí pero le digo que estamos en el mismo barco hundido que está bien tener sentimientos tristes mientras lloramos y nos abrazamos mientras vemos la pieza vacía y mis pechos llenos.
No quiero volver a trabajar mi esposo me apoya que me tome todo el tiempo del mundo, cercanos o familiares salen con frases cliché que no aportan en nada
Se suponía era un excelente embarazo sano sin complicaciones pero el destino quiso otra cosa, cosa que no lograremos entender.
Abracen muchos a sus hijos, amenlos cada día, nosotros por mientras no seguiremos en la búsqueda.
