Cerrando mi arco...
Bueno, después de varios meses vengo a actualizar mi historia ( se que nadie se acuerda, pero bueno, mas que nada tengo ganas de hablar de esto ).
El proceso del embarazo fue tan agradable como pudo ser, la acompañé, la invitaba a mi departamento, le cocinaba, le compraba cositas ricas, sus antojos, etc. A la par le compraba cositas a la bebé (cosas chicas, ropa y eso). Fue lindo la verdad, no tanto como me hubiese gustado, obvio, por el contexto, pero tan lindo como podía ser. Nunca intentamos nada, yo desde el principio le dije que no estaba disponible emocionalmente para ser pareja de nadie (vengo saliendo de una relación de 12 años dónde sufrí violencia psicológica y física), estaba en terapia en ese momento. Pero como amigos nos llevamos bien, nos reímos, nos conocimos mucho, y hoy en día tenemos una muy linda relación.
Hace 2 meses nació mi princesa, hicimos el test al nacer, la verdad a ese punto ya no tenía ninguna duda, mi corazón me decía que era mi hija, pero era lo que había que hacer, por compromiso y para respetar mi palabra, tanto ella como yo estuvimos de acuerdo en hacerlo.
Resultó ser mi hija, tal como lo sentía desde que tocaba su guatita y al hablarle me pateaba la mano. Fue hermoso el sentir que fui valiente para estar en el proceso, que logramos llevarnos bien, que incluso estuve con ella en todo momento en el hospital, que vi nacer a mi hija, la vi llegar al mundo y a los pocos minutos la tenía en mis brazos.
Hoy me siento culpable de nada y eso es lo mejor que pude hacer. Siempre mi pensamiento fue que prefería perder plata (si es que resultaba no ser mía) a perder la posibilidad de estar en el embarazo y nacimiento de mi chiquitita.
También pienso y pienso y no entiendo como hay tipos que pueden escapar de una responsabilidad tan linda como es el ser padre, independiente de las condiciones en que se haya engendrado.
Solo quería contarles que estoy mas feliz que nunca en mi vida, que estoy enamorado de mi chiquitita, que la veo y se me olvidan todos los problemas. Nunca lo imaginé ni lo entendía, pero desde el día que nació todo cambió y soy otra persona. Siento que no es algo que se pueda aprender sin tener la experiencia de ser padre. Amo cada suspiro, cada llanto, cada balbuceo, amo cambiarle pañales, sacarle sus chanchitos, comprarle ropa linda, gastar todo mi sueldo en ella. Amo verla al despertar cuando se quedan en mi depa, amo verla dormir, amo despertar de madrugada y tomarla para que no llore.
Eso, lo único de laboral es que escribo esto luego de recibir un video de buenos días mi hija despertando y haciendo sus ruiditos de bebé. (perdón la redacción media penca, pero escribí esto en el baño del trabajo xd)