Un poco aislado
A principios de año encontré trabajo en mi área, en un lugar soñado para mí. A esa pega postulé y fui a la entrevista sin ninguna esperanza, después de tantos rechazos y años sin empleo formal.
Este trabajo es en una ciudad más grande que la mía, y pensé que ahí iba a poder arrancar de mi soledad y mi soltería. Antes tenía 2 “casis algo”, esas historias que por distancia no terminaban en nada serio. Pero con los 2, por distintos motivos, se alejaron. Así que estoy en esta nueva ciudad solo, sin amigos (tampoco tenía tantos en mi ciudad de origen). Eso me ha hecho pensar que soy un monstruo. Me miro al espejo y me siento más feo que nunca. Me cuesta tratar con la gente. Ni siquiera encuentros casuales he podido tener. Es como una maldición.
Pedí tanto un trabajo, y pensé que teniendo pega iba a ser feliz. El trabajo en sí me encanta, de verdad doy mi mejor cara, aunque por dentro me sienta y me vea como un monstruo. Pero pensé que un trabajo me haría feliz y veo que las otras partes siguen incompletas. A veces me da vergüenza incluso ir a otros lados de la empresa.
Mis días libres son terribles, porque no tengo nada que hacer. Eso me hace volver a una antigua adicción que pensé superada. Solo lo hago en mis días libres, pero es mi única compañía.
Siento que ya es muy tarde para mí. Tengo 33 años y veo cabros jóvenes y obviamente no puedo competir con ellos. Pienso que ya pasó mi hora. Lo bueno es que, al menos, tengo pega. Pero a veces preferiría trabajar todos los días, porque no sé con qué llenar la soledad de los días libres más que con mi adicción.
Voy al gym, pero no puedo estar ahí todo el día. Además llevo mucho tiempo sin sexo y eso me hace sentir peor, me siento un monstruo. Me da miedo hablar con la gente porque siento que me juzgan.
