El asado adelgazante
Ahora que ya viene el 18, me acorde de una anecdota, hace varios años en una empresa donde por suerte ya no trabajo, hicieron un asado para celebrar el 18. Dijeron que era un gesto para 'unir al equipo'... pero era obligatorio asistir, incluso para los que vivíamos súper lejos.
Llegué después de dos horas de micro, y la parrilla estaba con dos longanizas y una bandeja de choripanes para veinte personas. Para tomar, puro jugo en caja porque 'no se podía servir alcohol en horario laboral'.
Lo más triste: al final igual nos descontaron la media mañana que nos demoramos en volver, porque 'no estábamos en nuestro puesto'. Desde entonces digo que ese fue 'el asado donde quedé más flaco después de comer'.
