Mejor que se vaya...

Mi hijo de 14 años me dijo que tenía algo importante que contarme. Hablamos, y con lágrimas en los ojos me pidió que echara a su papá de la casa porque ya no soporta verlo borracho todos los fines de semana.

Yo trabajo puertas adentro los fines de semana, y es justamente cuando él aprovecha para beber sin mi presencia. Sabía que seguía tomando, que había fines de semana en que bebía y otros en que no. Le preguntaba constantemente a mi hijo si su papá tomaba, y él me decía que no... era su forma de protegerlo, porque yo ya le había dado un ultimátum.

Lo hemos intentado todo, pero siempre vuelve a caer en el vicio. Estoy muy afectada, siento que mi hijo ya tiene un daño emocional por esto. Me contó que el fin de semana pasado su papá se emborrachó tanto que se quedó dormido en el suelo del living, y él mismo lo cubrió con frazadas cuando despertó en la noche y que muchas veces queda solo mientras el sale a beber con sus amigos.

Me duele tanto... No sé en qué momento esto se me escapó de las manos. Recordé cuando yo, llorando, le pedía a mi mamá que dejara a mi papá por lo mismo, y ella me decía que no podía porque no trabajaba y no podía mantenernos sola. Crecí entre violencia y alcoholismo, y no quiero repetir esa historia.

Juro que voy a salir de esto. Estoy decidida a enfrentarlo y echarlo de la casa. No quiero ser como mi madre y vivir desdichada toda la vida, y mucho menos arruinarle la vida a mi hijo.

El alcoholismo de mi pareja comenzó hace dos años, cuando falleció su padre. Me da mucha pena, pero ya no puedo hacer más, nada resulta ni quiere dejarse ayudar.

Lo amo pero el amor por mi y mi hijo es mas grande.

Gracias por leerme. Agradezco sus consejos.