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Discursos, vs realidad

Este fin de semana tuve una revelación.
Hace un tiempo terminé una relación y, como parte del ritual postquiebre, me hice un perfil en “Parejas”. La experiencia ha sido… reveladora, por decir lo menos.

He tenido muchos matches, en su mayoría con mujeres que, siendo honesto, son bastante menos atractivas que mis ex. También apareció un par de chicas guapas, (para mi estándar, en términos futbolístico la primera B, para que entiendan las cabras : ropa americana de primera selección)

Obviamente , las menos agraciadas eran las que más se daban el tiempo de conversar, pero hablar con ellas era como chatear con una inteligencia artificial de atención al cliente : todas decían lo mismo. Un cóctel de feminismo radical, frases de empoderamiento recicladas y la idea de que un hombre que quiere ser bien tratado es automáticamente un “princeso” (masculinizar el título femenino y no usar el masculino príncipe va en contra de todo su chachara anti género, pero bueh)

Ahí me entró la duda existencial: ¿y si yo no soy de la 1eraa B como crei ? ¿Y si soy segunda… o tercera división? ¿Y si mi ego ha vivido una mentira propiciada por un par de chicas muy por sobre mi liga que me había a dado bola y sin suerte me tocaba aprender a acalorar la belleza interior ?

Bueno, el fin de semana decidí salir, tomarme un trago y hacer catarsis con estilo. mientras estaba en mi rincón, siendo el observador silencioso que cree que lo sabe todo, una chica de primera B me empieza a hacer ojitos. Cuento corto: enganchamos, bailamos (vertical y horizontal), y hasta el día de hoy seguimos hablando. Buena onda, simpática, cercana, muy cariñosa. Una grata sorpresa.

El giro llegó cuando me agregó a redes. Obviamente, me metí a ver sus publicaciones, y ahí me explotó la cabeza: su muro estaba lleno de lo mismo que había visto en los perfiles de “Parejas”. El mismo discurso agresivo, ultra empoderado, casi caricaturesco. Nada que ver con la mujer real con la que estuve conversando y compartiendo.

Mi conclusión: muchas mujeres hoy parecen tener dos personalidades. Una es la “influencer” irresistible y combativa que crean para las redes y las plataformas de citas. La otra, más auténtica, es cercana, amable, incluso tierna. Y lo más loco es que ese personaje de “macho alfa pichulon pero con delineador” que interpretan frente a su cámara de celular chino no está pensado para nosotros, los hombres, sino para encajar entre ellas. Una especie de performance social entre pares, más que una estrategia de seducción.

Y así, amigos, me reconcilié con mi lugar en la tabla. Puede que no sea primera A, pero al menos sigo jugando y mi consejo es : no hablen con mujeres por internet. Y vale para solteros y casados, en serio, dejen de ser cagones y háblenles de frente, con el teclado son todas cabronas empoderadas. Y súper mujer, pero igual se tienen que tomar el antidepresivo y agacharle el moño a los supervisores en la pega



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