Buenas relaciones laborales
Trabajo en un establecimiento educacional donde algunos profesores con más antigüedad son los mismos que generan problemas con los apoderados para perjudicar a otros colegas. Estoy cansado del nivel de hostigamiento y odio que se ha instalado en mi lugar de trabajo. Lo más frustrante es ver cómo la Ley Karin, que debería proteger a las víctimas, ha sido manipulada por profesionales sin ética para dañar la honra de quienes no tienen un 'grupo de chacales' que respalden sus mentiras con falsos testimonios.
Es desolador darme cuenta de que, en un espacio donde deberíamos formar con valores, algunos usan su experiencia y contactos para destruir en lugar de construir. No solo se rompe la confianza entre nosotros, sino que este ambiente tóxico termina afectando a los estudiantes, quienes merecen un entorno sano y respetuoso y creando apoderados que son verdaderos monstruos.
Espero que algún día todos reflexionemos sobre nuestro comportamiento y aprendamos a vivir y a dejar vivir.
Cuando se pregunten el por qué nadie quiere ser profesor ahí tienen la respuesta...