Sin un adios
Mientras hacia dormir a mi hijo pequeño, veía videos en Instagram, salió uno con una canción que trato de evitar porque me recuerda a mi primer amor, ese amor de juventud, ese amor que es difícil olvidar, ese amor intenso de juventud que empezó a los 13 y terminó a los 20.
Nunca tuvimos nada formal, pero siempre nos encontrábamos, no dejamos pasar más de 2 semanas sin vernos porque eso era demasiado tiempo. Y es que él era perfecto, me encantaba cuando me iba a buscar al colegio y mis amigas me decían “llego tu mino” jajaja y así pasé mi juventud hasta que cumplimos 20 y un día llegué del trabajo a mi casa (casa de mis papás) y me llama una amiga diciéndome que había el muerto en un asalto. Yo corté y seguí haciendo mis cosas. Al día siguiente me volvió a llamar mi amiga me dijo que lo estaban velando que a qué hora iría yo… no fui, tampoco fui al funeral, tampoco nunca he ido al cementerio...
Mientras escuchaba la canción por Instagram, fui a ver si aún tenía su face de hace 15 años atrás y si, aún tiene su foto de perfil, su perfil aún es publico. Vi sus fotos y sentí que algo atravesaba mi pecho y me hizo preguntarme porque nunca me fui a despedir, porque nunca pude llorar su partida, porque hoy sigo recordándolo, porque hoy casi 16 años de su partida no puedo olvidar...