Nadie ve mi interior
No siempre la Navidad es brillo y risas. A veces, el corazón pesa, y la soledad se siente más fuerte en medio de tanta.
Quizás te sientes como el Grinch, en tu rincón, cargando heridas que nadie ve, con un corazón que parece haber sido acogido por las dificultades de la vida. Pero quiero recordarte algo: incluso el corazón más herido puede encontrar su latido nuevamente.
La Navidad no se trata de aparentar felicidad; se trata de abrir espacios en el alma para sanar, de recordar que siempre hay amor esperando, aunque sea en los lugares más pequeños. A veces, una simple chispa puede iluminar la cueva más oscura.
Si este año te cuesta sonreír, estás bien. Permítete sentir, respirar, y sobre todo, no olvides que dentro de ti hay fuerza y amor esperando volver a brillar.
