Regalos en navidad.
Cuando era chica, me encantaban los regalos. Soñaba con el momento en que llegarían, veía todo lo que anunciaban y me imaginaba que esos regalos eran para mí. La realidad es que no llegaba nada. Pero igual estaba feliz porque al menos estábamos todos juntos, cantábamos, nos reíamos; qué grandes recuerdos. Escuchaba a los adultos decir que lo importante no son los regalos.
Ahora, más de 40 años después, entiendo a qué se referían. ¡La salud, por Dios, qué importante es! La unión familiar es un tesoro; estar juntos vale más que la cresta. Tenemos regalos tan hermosos y no los valoramos hasta que se van. Olvidémonos de ir a gastar plata en regalos que importan poco. Mírennos alrededor de esa mesa, qué tesoro estar juntos.
Imagínate que falte uno solo, apreciemos lo que tenemos. No deseemos lo que tenemos enfrente, ¡No! Qué daría yo por volver a cantar y tener a toda esa gente en mi mesa. Y ya no se puede. Ahora entiendo que cuando creía no tener regalos, ¡los tenía todos!
Hay que valorar lo que tengo hoy. Tengo de regalo justo lo que quiero. Gracias, vida.
