Aportando a la sociedad
Recuerdo cuando todo comenzó. Yo era solo un joven con un sueño, sin dinero, sin conexiones, sin nada. Pero tenía una idea, una visión para crear algo desde cero. Así que me lancé, trabajé día y noche, sin descanso, sin vacaciones. Mi esposa y mis hijos me apoyaron, pero también sufrieron conmigo.
Pero no me rindí. Seguí adelante, luchando, peleando por cada cliente, por cada contrato. Y poco a poco, mi empresa comenzó a crecer. Empecé a contratar empleados, a expandir mis servicios. Y antes de que me diera cuenta, mi pequeña empresa se había convertido en una pyme exitosa. Lamentablemente con el éxito de la empresa hice lo que muchos padres hacen... Darle todo lo que nosotros no teníamos cuando chicos y se volvieron cómodos y flojos, total papa tenía plata, no como un rico pero si lo suficiente para sus caprichos.
Pero nunca olvidé de dónde venía. Nunca olvidé las luchas, las dificultades, las noches sin dormir. Y por eso, cuando llegó el momento de decidir qué hacer con una de las camionetas ( tengo 4 ), no dudé. La regalé a un joven empleado que había demostrado ser trabajador, responsable y leal. Mis hijos se molestaron, me dijeron que era un error, que debería haberla dejado para ellos. Pero yo sé que hice lo correcto.
Ese joven vino un día y me pido un aumento porque quería volver a estudiar después de varios años, obviamente se lo di, y le regale un Notebook para sus estudios. De vez en cuando me ha pedido días para estudiar y hacer trabajos, se que es un cabro esforzado y tiene todo mi apoyo en ese sentido, si puedo ayudarlo a crecer, a prosperar, entonces habré cumplido con mi deber.
Así que no me arrepiento de mi decisión. Estoy orgulloso de haber podido ayudar a alguien que lo necesita.
