No es mucho pedir...
Estoy hasta la coronilla con el trabajo en el Poder Judicial. No es que no me guste mi labor, es que me gustaría que se tomaran en serio la confidencialidad. Pero no, aquí todo es un gran circo.
Recuerdo que hace unos años, un caso muy sensible se filtró a la prensa. Fue un escándalo. La gente se quedó con la boca abierta al ver que información reservada estaba en los titulares de los diarios. Y lo peor es que no fue la primera vez que pasaba.
Después de eso, se suponía que se iban a tomar medidas para evitar que eso volviera a pasar. Pero no, aquí seguimos igual. La semana pasada, un caso muy delicado se filtró a la prensa. Y no fue solo la prensa, fue también las redes sociales. Fue un desastre.
Me pregunto cómo es posible que la gente no entienda que la confidencialidad es fundamental en nuestro trabajo. No es solo una cuestión de ética, es también una cuestión de ley. Pero parece que a nadie le importa.
En fin, eso es mi vida laboral. Un gran circo donde la confidencialidad es solo una palabra. Pero seguimos adelante, porque alguien tiene que hacer este trabajo. ¡Y ojalá que pronto se tomen medidas para evitar que esto siga pasando!
