Quiza idealize todo.
Conocí esta página gracias a mi ex. Me encantaba verla leer las confesiones, tan emocionada, comentarme cosas, preguntarme y, muchas veces, debatir conmigo de forma apasionada. Mentiría si dijera que no la extraño. Terminamos hace unos meses y, desde la última vez que hablamos, mi mente se desmoronó. Lamentablemente, nuestra relación no terminó de la mejor manera. No dejo de pensar en lo que podría haber sido, en lo que hubiera sucedido si hubiera abordado ciertos temas de otra forma. No fue una relación violenta en lo físico, pero llegó a ser tóxica en muchos aspectos.
No quiero echar la culpa a una sola parte, ambos cometimos errores, pero eso no quita que el último tiempo, por su parte, me hizo pedazos psicológicamente. La relación fue complicada desde el principio, pero yo la quería, la amé de verdad. Siempre soñé con pasar el resto de mi vida a su lado. Tal vez mi error fue idealizar algo que, desde el inicio, ya tenía dificultades, y forzar demasiado una relación que, tarde o temprano, se iba a romper.
Ahora, después de pensar en lo que pudimos haber sido, los recuerdos de lo vivido juntos me invaden: cómo su actitud me destruyó, cómo empezó a usar en mi contra cosas que le confié, cosas que nunca le había contado a nadie. Esas palabras y acciones ahora resuenan como un eco en mi cabeza.
Recientemente, comencé un trabajo nuevo, pero después de todo lo que viví con ella, la poca confianza en mí mismo, que me costó tanto recuperar antes de conocerla, se desplomó. No paro de sentirme triste, molesto, decaído, sin ganas de nada. A veces, en medio de mi día, me acuerdo de ella y es como una pesadilla que no se quiere borrar de mi mente.
Volvió un problema que tenía con las relaciones sociales. No sé si alguna vez han tenido la sensación de querer socializar, de querer integrarte, de querer ser amistoso, pero al mismo tiempo sentir que no quieres que nadie te trate bien, ni que te demuestren cariño, porque al final te terminan haciendo daño. Así me siento ahora. Hay personas que intentan acercarse, pero a veces ni siquiera saludo, porque la ansiedad social me consume. Siempre fui algo torpe en ese sentido, pero ahora siento que estoy en un punto que hacía mucho tiempo no experimentaba.
Honestamente, me siento agotado. Quiero mejorar, quiero salir del agujero en el que me encuentro, quiero dejar de sentir que no merezo nada positivo, pero por más que lo intento, no puedo. Trato de hacer bien mi trabajo, pero aunque en momentos me siento tranquilo, a veces me vienen recuerdos fugaces de lo que viví con ella y me derrumban. Por suerte, cuando trabajo desde casa, puedo disimularlo mejor, pero los días presenciales son más difíciles. Trato de esconder lo que siento, hago chistes, trato de reír, pero cuando esos momentos se van, mi mente se desvanece.
Sinceramente, ya no sé qué hacer. Estoy viviendo en piloto automático. Mi única razón para levantarme cada día es mi familia, que es pequeña pero muy importante para mí. Ellos son mi único ancla. Aun así, hay días en los que me siento perdido, sin saber qué hacer. Quiero ser mejor, quiero sanar, pero no sé cómo hacerlo.
Me siento patético escribiendo esto la verdad, pero lo hago en un intento desesperado de ver si lo que necesito es desahogarme...
