El café en el teclado
Trabajo en una oficina en el centro de Santiago, y aunque a veces puede ser estresante, siempre hay momentos para reírse.
Un día, llegué a la oficina y me di cuenta de que había olvidado mi almuerzo en casa. ¡Qué desastre! No tenía plata para comprar algo, así que decidí pedirle a una compañera que me prestara un poco. Ella es súper buena onda, siempre está dispuesta a ayudar. Me prestó unas monedas y me fui al kiosko de la esquina.
Cuando volví, me di cuenta de que había un correo electrónico importante en mi bandeja de entrada. Era de mi jefe, pidiéndome un informe urgente. Me puse a trabajar de inmediato, pero justo cuando estaba por terminar, se me cayó el café encima del teclado... cag*e ... jajaj
El teclado dejó de funcionar y no sabía qué hacer. Fui corriendo a la oficina de informática y le pedí ayuda al encargado de los computadores. Él es un genio, pero también es un poco distraído. Me dijo que tenía que esperar un rato porque estaba ocupado con otro computador.
Mientras esperaba le conté a mis compañeros lo que había pasado. Todos se rieron y empezaron a contar sus propias historias de desastres en la oficina. La verdad es que fue muy divertido escuchar todas esas anécdotas. Al final, el encargado de informática me dijo que no podía arreglar el teclado, así que me dio uno nuevo.
Ese día aprendí a no poner el café tan cerca del teclado.... jajaja
