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Un asado conversado

Ahí va, resulta que el otro día juntamos a toda la pandilla de la oficina para hacer un asado en mi patio. Sí, sí, yo asumiendo como parrillero, así que se pueden imaginar el panorama. Pero bueno, entre bromas, el humo y la cerveza, la cosa se empezó a poner movida.

A mitad del asado, apareció Nico, que es el típico gracioso del equipo, y empieza a largar anécdotas. Contó aquella vez que engañó a nuestro jefe con una historia de que su abuela estaba enferma para irse de party el viernes. Todo el mundo partiéndose entre risas y choripanes.

Justo después, comienza a hablar de los líos amorosos... Empieza a contar las tramas amorosas que se han formado en la oficina. Habla de la javi y Juan, que aunque todo el mundo piensa que están juntos, en realidad son solo amigos. Pero lo mejor es que Juan tiene onda con la fran, que es amiga de la javi...

Y no sé si fue el efecto del vinito o qué, pero entonces la Javi, que estaba sentada al lado mío, se pone toda colorada y dice en voz alta: ¡Pero eso no es verdad! Y Juan, que está al otro lado intentando esconderse detrás de una botella de cerveza, se ahoga con un trozo de morcilla. Toma ya, bombazo en el asado.

Entre risas, la javi nos dice que todo es una tontera porque en realidad, no pasa nada entre Juan y la Fran. Que todo es pura paja y verborragia oficinera. Que son amigos, que sí, que salen juntos, pero que eso no significa nada...

Y la Fran en pleno asado, con un par de copas encima y con la cara roja como un tomate, dice... nah que ver...

Y Nico, el gracioso, le mira con una cara de póker que para qué te digo nada... y toda la pandilla con los ojos como platos diciendo Oohh en coro.

Y entre risas, brindis y la carne a punto, el asado se fue tornando cada vez más divertido incluso con el lío amoroso en el aire. Y al final del día, todos coincidimos: hay que repetirlo pronto, total siempre queda alguna que otra historia por contar.



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