Unas gotitas extras
Un hecho ocurrido en mi viaje en la micro desembocó uno de los más asquerosos recuerdos que he tenido...
Por allá por la época del 2020 fui cajera, me desempeñé durante varios años en eso y varias anécdotas guardo de tan fatídico trabajo, una de ellas ocurrió en plena época de verano, el sol te quemaba hasta los ojos y el calor no te dejaba salir sin volver sopeado a la casa. Remontándonos al recuerdo, ahí estaba yo, cobrando el pedido de esta clienta, llamémosla, 'la señora sin chauchera'. 'La señora sin chauchera' se disponía a pagarme con el billete más mojado que he tenido que sostener en mis manos, lo sacó lentamente desde lo más profundo se sus glándulas mamarias y me lo entregó, yo, en un intento de mostrar mi desagrado esbozo la sonrisa más falsa de mi vida. Al primer contacto, un escalofríos pasó por todo mi cuerpo y recorrió cada centímetro de mi ser. Después de tocar tal aberración de la vida, no volví a ser la misma...
Por favor, cómprenle chaucheras o bolsitos a sus mamás para que otras cajeras o cajeros como yo no tengamos que sufrir de esta forma. Gracias.
