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Los buenos jefes, si existen.

Se que muchos o la gran mayoría, tenemos historias pencas con más de algún jefe o jefa.
Yo tampoco me he librado de eso, sin embargo, también puedo decir que me han tocado jefes muy buenos y otros que, se podría decir, hemos llegado a tener una muy buena relación, que roza la amistad, y el cariño.

A este jefe, lo conocí aprox a principios del 2009. Entré a trabajar como conserje de turno noche en un edificio x. El, en ese entonces, era supervisor y casi socio del administrador. Trabajamos juntos hasta el 2011. Siempre en buena lid, y con una relación frontal pero siempre sincera y respetuosa de ambas partes.

Pasó el tiempo, me dediqué a otras pegas y me decidí a acudir a este jefe, para trabajar solo los fines de semana, como un complemento a mi sueldo. El aceptó y trabajamos juntos hasta el 2014 en ese lugar. El ya era administrador y no solo supervisor.

Años más tarde, 2017, nos volvimos a cruzar en otro condominio y bajo la misma figura de turnos. Y aquí viene lo interesante.

Para la pandemia, 2020, me despiden después de 7 años de mi pega y solo quedé con la conserjería como ingreso fijo. Decidí aprovechar y sacar un curso de administrador. Pero no pensando en competir, sino en probar el rubro e ir conociendo el manejo por dentro. Le comenté de esto y el, lejos de enojarse, se alegró y me propuso entrar a su pequeña empresa, para que me fogueara como supervisor de terreno. Y yo acepté.

Para esa pega, se requiere vehículo y trasladarse a todos lados. Hacia pega de oficina, y ahí trabajaban sus dos hijas. Y luego casi solo terreno.

Todo bien, hasta que tuve un accidente. Mi seguro cubrió la perdida del auto, pero tenía que esperar aprox un mes. Y eso era mucho considerando toda la pega que tenia que hacer, para hacerla a pie.

Cuento corto, un día me llama -mientras espero el pago del seguro- a su oficina. Y me pregunta cuanto era lo que me pagarían. Le comento y el, de unos ahorros que tenía, junto con su hija, me pasaron esa cantidad para comprar el auto y luego devolvérselo.

Claro. Obviamente era para seguir con mis funciones. Pero, díganme algo... ¿Quien hoy en día hace algo así por otra persona, por muy cercana que sea?...

El y su hija, cuando me pasaron esa plata, me dijeron que lo hacían con gusto, por cariño, y también por ser una persona responsable y correcta. Palabras de ellos, no mías. Aun me emociono al contarlo.

Y agradezco al Pulento, por estas personas que puso en mi camino. Porque tienen un gran corazón y también han sido super derechas. Y les ha ido la raja.

Por circunstancias de la vida, hoy vivo en el sur. El y su esposa vinieron de vacaciones. Y me dio tanto gusto reencontrarme con ellos!. Nos reunimos una tarde y nos matabamos de la risa poniéndonos al día con todo lo que ha pasado en este tiempo, que yo he estado lejos.

Sinceramente agradezco el poder tener un jefe que se volvió un amigo, y en el cual siempre encontré apoyo y confianza para darle al trabajo y alcanzar objetivos.

Perdón por lo largo, pero es para dejar testimonio de dos cosas: las buenas personas si existen, solo que a veces no ponemos bien el foco. Y dos, si eres responsable, diligente y sobre todo aplicado y respetuoso, puedes llegar más alto de lo que imaginas. Todo está en ti!...



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