Navidad liviana
Tengo pocos recuerdos de Navidad celebrada de mi infancia. Todos ellos incluyen a mi papá. De eso han pasado 20 años, él ya no está en este mundo. Nunca más se celebró la navidad desde que él se fue. A veces habían regalos pero sin espíritu navideño, no con visitas, ni salir a otro lado ni nada. Lo normalicé, nunca me afectó o eso era lo que me decía a mi misma. Pero este año me tocó pasar la navidad en otra ciudad, compartir con muchas personas por tema laboral y no laboral. Y me he sentido muy mal. Los veo a todos felices, comprando regalos, muy preocupados por qué van a comer y afinando hasta el último detalle. Yo no sé lo que es eso. Y no todos entienden. No puedo decir que soy una grinch porque no odio la navidad. Simplemente no me entusiasma.
En mi familia tampoco se motivan, ni regalos hay, ni árbol, ni cena. Dicen que la navidad es para los niños.
Ese es mi desahogo navideño.
