Nos volvemos insensibles.
¿Por qué algunas mujeres, al buscar opiniones en grupos femeninos, a veces encuentran respuestas que no son constructivas y, en lugar de ayudar a resolver un problema, terminan siendo juzgadas, tergiversadas o llevadas a extremos? Recientemente, observé dos situaciones en las que una chica buscaba información sobre anticonceptivos y otra pedía ayuda frente a un problema de un familiar. En ambos casos, las respuestas no fueron de apoyo, sino que cuestionaron la sexualidad y desmantelaron emocionalmente a las personas involucradas.
Esta situación me plantea una interrogante: ¿por qué se dan este tipo de respuestas en lugar de brindar el apoyo y la orientación que estos grupos deberían proporcionar? Al profundizar en este pensamiento, me doy cuenta de que esta dinámica no se limita a los espacios en línea, sino que también se manifiesta en la vida cotidiana.
A veces he sentido el impulso de participar en estos posts, pero he optado por quedarme en silencio y reflexionar sobre estas actitudes. Y es así que me surge la pregunta: ¿Será que estamos perdiendo empatía a través de una pantalla? ¿Acaso el internet nos está volviendo menos sensibles en nuestras interacciones? Son preguntas que te invitan a cuestionarte y tomarte una pausa reflexiva. ¿Será que la empatía esta escaseando?
