El pasado siempre vuelve... de ti depende...
Había una vez un adolescente que sentía mariposas en la guata por una chiquilla que conocía.
Con el tiempo se volvieron pololos, jurándose amor eterno. Pero no todas las historias de amor resultan como en los cuentos de hadas, y este joven cuando cumplió dieciocho años fue reclutado en el servicio militar.
Se despidió de su polola prometiéndose seguir juntos cuando terminara el servicio, pero cuando él volvió se encontró con la sorpresa de que su polola estaba emparejada y embarazada de otro.
Se le cayó el mundo con la noticia, pero aún así, en un acto de orgullo y amor propio, no la aceptó cuando ella llegó embarazada a pedirle perdón y rogarle que se quedaran juntos.
Fue así como este joven rehizo su vida, casándose y teniendo hijos con otra mujer, hasta que el pasado lo alcanzó y tuvo contacto de nuevo con aquella mujer de su pasado. Los sentimientos volvieron y a pesar de lo prohibido que era su amor, empezaron una relación paralela. Otra vez este hombre le juró amor eterno a su antigua polola, deseando a cada instante estar con ella y llenándola de elogios y palabras bonitas.
Es aquí cuando uno se pregunta si una relación así tiene el derecho a resurgir nuevamente, a pesar del daño que puedan causar a los otros involucrados.
Es una pregunta que carcome, porque al final de ésta historia aquel hombre decide seguir con su actual pareja. Ya sea por sus hijos, o por la costumbre de una relación estable, o el cariño que ha logrado sentir por ella, se niega a terminar lo que ahora tiene a pesar de que nunca ha podido olvidar a la ex.
