Quedé como la acosadora.
Ingresé nueva a una clínica, tuve empatía con mi jefe, me dió funciones administrativas para ayudarle con el esquema de turnos, le ayude organizando el servicio ya que era nuevo, cubriendo en otro servicio si había alguna incapacidad, nos sentabamos a conversar, hasta ahí todo bien.
Una compañera de trabajo, solo ocasionaba problemas con los pacientes y familiares, hacia malas intervenciones, y cuando se llegaba a turno a recibirle, tocaba corregir sus cagadas, por lo que mi jefe, hasta donde sabía paso a gestión humana la no renovación del contrato. Era tal la inconformidad con esta compañera que mi propia jefe se burlaba de ella, y criticaba sus intervenciones, me decía que la quería sacar porque era muy mala profesional y recibía las quejas continuas de mis compañeros, médicos y demás.
Resulta que hace unos días me llamo, y llevo un testigo. Me habló super fría y amenazante, diciéndome que esa compañera había pasado una queja, al parecer mía y también de ella( estoy segura), se puso de su lado, la victimizo, me dijo que yo era una mala compañera, que mi mala actitud hacia ella estaba ocasionando conflictos y afectando todo el servicio, y estaba arrastrando con mi acoso a mis demás compañeros. Que eso debía cambiar o mi puesto estaba en peligro.
Me defendí en lo que pude.
Pero me quito todas las funciones administrativas, me dió la espalda por completo por salvar su pellejo. Y quedé como la acosadora y la mala. Ahí te das cuenta que no eres imprescindible, y que ante cualquier situación primero se salva ella sin importar todo lo buena que seas.
