Mujeres, sus hijos son antes, que sus parejas.
Recién terminé de leer una concesión de un hijo aburrido de su madre por su mala actitud y automáticamente se me vino a la cabeza mi madre.
Escribo esta confesión con algo de tristeza y en parte una forma de desahogo, esperando encontrar a más personas que han pasado por algo similar y me puedan aconsejar.
Mi madre es una mujer agraciada y joven, siempre ha estado con diferentes hombres los cuales siempre han sido su prioridad, somos 2 hermanas que desde pequeñas sufrimos ese abandono (ambas de diferentes padres), mi hermana menor tuvo mejor suerte y se la llevó su papá a vivir con él, yo tuve que vivir sola ese abandono ya que mi padre es un cero a la izquierda.
Éste último tiempo mi madre ha estado conociendo a un tipo, cuando está bien con él ella es un amor y cuando se enojan es el mismo demonio, pero bueno ese no es el tema principal.
El tema es que siento que nos tiene envidia a mi hermana y a mi, odia que nos queramos, que nos llamemos y estemos bien, ha creado rivalidad entre nosotras; cuando está con ella habla pestes de mi y cuando está conmigo habla pestes de ella, lo que ha ocasionado una especie de lejanía entre nosotras, me apena la situación porque he sido buena hija, la he respetado en sus desiciones, la he cuidado cuando lo ha necesitado y siempre estoy para apoyarla en sus dramas de niña chica.
Es una mujer inmadura, que se aburre fácilmente de todo, que en su vida la única prioridad es tener una pareja si no, no es feliz, las veces que le saco el tema se enoja y se victimiza.
No sé si en todas las familias hay personas como mi madre o si en realidad es un caso aislado. La amo mucho pero me apena que hable mal de mi y de mi hermana, si tuviera hijas me encantaría que se apoyaran la una a la otra, que se quieran y respeten.
Me han aconsejado ir a terapia porque muchas veces lloro por recordar sus malos tratos o malas palabras, como cuando me dijo que me iba a quedar sola y solterona, que nadie se fijaría en mi, me hizo retroceder en el tiempo y sentir esa sensación de vacío, de sentir que nadie se preocupaba de mi, hoy soy una mujer adulta con su vida resuelta, vivo con mi pareja y todo bien, pero con esa espinita en el corazón.
Mamás quieran, cuiden y respeten a sus hijos, una palabra que les digan por enojo puede marcarlos toda la vida, y siempre enseñeles a amar a sus hermanos .
