Una historia de turnos y relaciones

Esto, no sé si es una confesión, pero si es una copucha. Trabajé un tiempo en una empresa de facility en una minera de la segunda región, en una muy grande. Creo que es la que produce más cobre en Chile, creo que es gringa, una que en su logo tiene tres cerritos, ¿qué significa eso? Haciendo aseo, pero en el campamento. Yo hacía turno de día y turno de noche. Me tocaba hacer la cama, hacer aseo, limpiar los baños, limpiar los pasillos, limpiar todo. Normalmente los pabellones estaban vacíos, pero había ocasiones en las que había personas durmiendo: hombres, mujeres. El tema es el siguiente: nos empezamos a dar cuenta de que en los turnos de día y de noche, algunos trabajadores se cambiaban de piezas a las cuales no podíamos entrar a hacer aseo.

Nos dimos cuenta de que ahí la batalla era todos contra todos. Las mineras con los mineros hacían fiesta, obviamente de a dos, creo. Yo conocí a una. El tema es que trabajábamos durante la noche en el mismo pabellón y desde una habitación había una señorita rubia. Durante un tiempo le vimos salir con tres pololos distintos, perdón, compañeros de trabajo. Pero eso no era la copucha. El tema es que nosotros bajábamos en los mismos buses que ellos hacia la Ciudad de Antofagasta, y en el terminal parece que la esperaba el marido, porque ese señor lo vimos varias veces esperándola con regalos al mismo. Igual daba pena, porque el hombre se notaba medio enamorado.