Superando el pasado

Mi confesión no tiene nada de laboral, pero en relación a los temas que se han tocado sobre la infancia, quiero desahogarme. Cuando era niña, sufrí mucha violencia en mi casa: mi papá le pegaba a mi mamá y vivía bebiendo alcohol. Siempre la engañaba con otras mujeres. A mí, me golpeaba desde pequeña. Crecí en varias casas debido a lo mismo y en el colegio sufrí de acoso escolar. Siempre me esforcé en el colegio por ser una buena alumna. Me importaba mucho mantenerme limpia, a pesar de que nadie se preocupara por mí. Mis compañeras eran muy malas, me ponían apodos y me odiaban porque me iba bien y los profesores me felicitaban. No tenía amigas y siempre estaba sola.

Había días en los que ni siquiera quería ir al colegio porque mis compañeras me amenazaban. En educación física, me lanzaban pelotas, lo pasé muy mal. Nadie allí sabía que vivía en un infierno en mi casa. Siempre disimulé en el colegio para no ser objeto de burla. Es una época muy triste para mí. Hace un tiempo, crearon un grupo de WhatsApp de ex alumnos para organizar una reunión y, obviamente, alguien escribió que yo no debía asistir. La verdad es que nunca encajé allí, pero mi única satisfacción es que me esforcé mucho estudiando para poder salir adelante. Me gradué, tengo mi casa y las comodidades que siempre soñé. He viajado por el mundo, tengo un esposo maravilloso, y las personas que me hicieron tanto daño en el colegio siguen en el mismo lugar. Han pasado los años y he seguido adelante, pero siento que esas cosas aún me duelen cuando las recuerdo. Por favor, enséñenle a sus hijos a ser buenos compañeros y no acosar a los demás, porque el acoso escolar nos marca para toda la vida.