Tensiones en el ambiente laboral educativo
Escribo para conocer la opinión de aquellos que tienen años de experiencia en la pedagogía. Hace cuatro años decidí seguir un programa de formación pedagógica para trabajar como profesor. No mencionaré la especialidad para evitar ser reconocido.
Me fue muy bien en las prácticas y antes de graduarme conseguí trabajo en una escuela cerca de mi casa. Estaba muy contento. La parte administrativa es excelente, tenemos una buena gestión y un gran apoyo, principalmente por parte de la directora.
Sin embargo, el problema radica en que el ambiente entre los colegas se ha vuelto tenso y todo comenzó el año pasado cuando a uno de ellos, cuyo contrato a plazo se venció, me acusó de haber influido de alguna manera en la directora para que no le renovaran el contrato hasta diciembre, como a mí, alegando que una fuente confiable le había transmitido esa información. También mencionó que esto se debía a su orientación política, lo cual me reclamó por mensaje y luego directamente en persona cuando fue a firmar su finiquito. Naturalmente, negué rotundamente la acusación, ya que nunca había tenido ni interés ni relación alguna con ese colega, ni dentro ni fuera de la institución. Le pedí que me proporcionara el nombre de la persona, pero nunca lo hizo. Informé a la directora y le mostré los mensajes, ya que el chisme nos involucraba a ambas. Ambas le pedimos que diera el nombre, pero nuevamente se negó.
Este año regresó en marzo, incluso con un curso a su cargo. Desde aproximadamente abril, me convocaron a una reunión con la dirección porque un curso se quejaba de que era demasiado estricto y de mi manera de tratar a los estudiantes. Cabe mencionar que se trata de un colegio vulnerable con estudiantes con comportamientos agresivos.
A medida que avanzó el año y nos acercamos al final del primer semestre, el mismo colega se me acercó para advertirme que su curso presentaría una queja formal en mi contra. Por ello, compartí la situación con mis colegas cercanos y con el equipo de gestión. La situación fue aumentando hasta que otro colega incluso me informó que yo era motivo de burla en toda la institución e incluso en su otro campus, del cual no conozco a nadie. Un día, este colega me esperó hasta que todos se fueron para confrontarme nuevamente, creando un momento incómodo. Ante esto, decidí hablar nuevamente con la dirección y exponer la situación, así como otras circunstancias incómodas, como actas que fueron tergiversadas por un miembro del equipo de gestión que es cercano al colega.
Al finalizar el semestre, no hubo ninguna consecuencia. Sin embargo, al comenzar el segundo semestre, la tensión continuó por parte de este mismo colega, generando situaciones incómodas al intentar hacerme sentir mal, incluso cerrándome las puertas en la cara, aparentemente sin intención y sin ofrecer ni siquiera una disculpa.
Ahora bien, para aquellos con más experiencia en el campo educativo, ¿qué se puede hacer en estos casos? ¿Es posible recurrir a medidas administrativas o legales para protegerme de alguna manera? La directora me brinda un respaldo total; ni ella ni otros compañeros representan el problema. Ni siquiera los alumnos vulnerables o con problemas de agresividad son un inconveniente, ya que sus conductas son dirigidas hacia sus compañeros y nunca hacia los miembros del personal. Me gusta mi trabajo, la cercanía con los estudiantes y en general las condiciones laborales, a excepción de esta situación particular. A pesar de ello, he considerado la posibilidad de cambiarme, pero al mismo tiempo me han aconsejado que eso sería darle la victoria al colega problemático y que afectaría mi situación cuando la culpa no es mía.
¿Qué harían ustedes en mi lugar? ¿Qué recomendaciones me pueden brindar?