Por amor a la madre
Mi madre, una mujer adulta de unos 54 años, los cuales le han pasado factura por sus enfermedades de base, etc., trabajaba haciendo aseo para una señora de edad, la cual fue una excelente jefa y amiga durante muchos años, más de 10 desde que tengo memoria. Lamentablemente, su jefa falleció, y mi madre entró en depresión porque era su único empleo.
Hace unos días, me llama y me cuenta lo que le sucede, a lo que le digo que puede venir a verme y hacerme compañía, y yo le daba sus luquitas. Jamás le ofrecí un trabajo porque en mi casa el aseo es un poco especial debido a la condición de mi bebé, etc.
Ahora, la otra parte me llama y me dice que no podrá venir porque tiene que ir a buscar al hijo de una prima al colegio y comienza a dar excusas. No me enojo ni nada, solo le digo que está bien, que no se preocupe. O sea, yo soy la hija que, cuando se enferma, la lleva al médico, cuando necesita algo, soy la que siempre está. Pero resulta que para eso nomás existo. Mi prima no le paga ni nada, solo le hace el favor, y para su cumpleaños, ¿adivinen quién estuvo? Pues yo y mi otra hermana, nadie más.
Siento que de parte de mi madre no tengo el apoyo que quisiera. Incluso le iba a pagar para que viniera a mi casa a verme, o sea, por ayudarla, ya que ella no viene a visitarme si yo no voy. Y la distancia es de 15 minutos máximo.
Sé que soy mala narrando, pero esto me hizo darme cuenta de que cada quien ayuda a quien quiere y está donde quiere estar. Lo lamento en el alma, pero es la última vez que tendrán mi ayuda.
