Golpe de realidad

No necesariamente una persona con tatuajes es un delincuente o un pandillero, tampoco lo es necesariamente una persona que vive en una población vulnerable.

No necesariamente luchar por derechos sociales es ser comunista, ni tampoco ser conservador es sinónimo de fascismo.

No necesariamente tener un cartón universitario te hace ser una persona educada y culta.

No necesariamente una persona adulta que vive con sus padres es un cafiche, es posible que esa persona sea la sumatoria de muchas vivencias y circunstancias que lo tienen en ese estado de estancamiento.

No necesariamente una persona de provincia es una huasa, ni tampoco un santiaguino tiene por qué ser un agrandado.

No necesariamente un empresario o un político es un ladrón.

No necesariamente ostentar lujos significa que eres un millonario.

No necesariamente una persona amargada sea una desalmada, es probable que su vida personal sea tan desdichada que optó lastimosamente por asumir una mala actitud en la vida.

No necesariamente un emprendedor es un loco inconsciente, todas las grandes corporaciones como Coca-Cola y Starbucks han nacido atreviéndose a hacer un cambio y romper esquemas.

No necesariamente un hombre caballeroso y varonil es un machista.

No necesariamente un hombre empático con las mujeres es un porsilapongo.

No necesariamente una mujer autosuficiente es una feminazi.

No necesariamente una persona soñadora es una inútil, tal vez los sueños y esperanzas sean lo único que tiene.

No necesariamente una persona que jamás ha tenido pareja es gay.

No necesariamente una madre soltera es una suelta, los abusos sexuales son algo más común de lo que se cree.

Una persona que aguanta abusos y malos tratos no es una estúpida, existe algo llamado falta de autoestima.

Una persona que actúa con agresividad probablemente sea víctima de un entorno igual o peor de agresivo.

Una persona con sobrepeso no es un guatón flojo, es una persona que sufre obesidad, tipificada hace rato como enfermedad por la OMS.

Un drogadicto no es una lacra social, es una persona que no puede con su adicción y que necesita ayuda.

No existe gente cagada a la cabeza, existe gente con enfermedades mentales y trastornos derivados.

La risa no necesariamente abunda en la boca de los tontos.

Si una persona fracasó una vez, no significa que fracasará siempre.

Debería caer un meteorito, y de los grandes, pero en nuestra conciencia, a ver si así mediante un buen golpe de realidad aprendemos a ser más empáticos y nos dejamos de jugar ping-pong con los prejuicios.